La clase política dominicana está envuelta en sus tradicionales luchas de intereses. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) enfrascado en una crisis post convención interna, la cual desluce la masiva votación que, también parecía, un rechazo al Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Más de 900,000 personas sufragaron para elegir al candidato presidencial entre Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía. El resultado de ese certamen, en el que resultó ganador Mejía, es el origen de esa crisis.
El PLD, que practicamente detenta todos los poderes del Estado, se muestra cada vez más insaciable: quiere decidirlo todo, el Tribunal Constitucional, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal Electoral, en fin, el estamento jurídico del país. ¿Protección a largo plazo es lo que se busca?
Mientras tanto, la agenda ciudadana está de lado, es decir, ninguna solución a problemas como la delincuencia, la violencia, las deficiencias en los servicios de salud y de educación, el alto costo de la vida....todo eso y mucho más camina a paso lento....pero nos creemos aquello de que República Dominicana es el país con mayor crecimiento económico sostenido en la región, y se nos olvida que -según las palabras del ministro de Salud- en ese mismo país se necesitan más de 100,000 letrinas para que el cólera no diezme a la población rural.