A quien pueda interesar
Ahora que pasó el circo del regreso de la fugitiva Sobeida Félix Morel, vinculada al lavado de activos y apresada en Puerto Rico luego de la detención de su compañero sentimental, el supuesto narcotraficante boricua José Figueroa Agosto, es tiempo de volver a la realidad y poner los ojos en uno de los tantos dramas que viven los dominicanos pobres y olvidados.
Se trata de los hermanos Cándido y Tomás Vásquez, de 57 y 60 años, quienes representan la cara más amarga de la pobreza extrema. Viven en una rancheta con piso tierra en la comunidad de Maguá, en Hato Mayor, en medio de una absoluta precariedad.Deberían estar jubilados, pero en este país de ficción aún tienen que trabajar como jornaleros agrícolas, por lo que devengan, cuando alguna oportunidad aparece, alrededor de 200 pesos, es decir, menos de seis dólares.Ellos necesitan ayuda, igual que Nancy Medrano, la esposa de Cándido, y un niño de cuatro años al que cuidan. Si alguna instancia del Gobierno dominicano quisiera mejorar sus condiciones de vida, pueden comunicarse con Marlene Santana 829-342-3373 0 al correo electrónico prensarf@yahoo.com.
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